"Mi experiencia en Cepaim" 🧡🤍💖

Hola amigos y amigas, esta semana en mi entrada semanal voy a contar una experiencia un tanto amarga que tuve cuando realicé las prácticas del Grado Superior de Integración Social. Como bien sabréis algunos y algunas de vosotras, hice las prácticas en Cepaim, fundación que se dedica mayormente, a la atención de las personas migrantes. Antes de nada y para que entendáis bien la historia, he de comentar que yo estuve realizando las prácticas en un programa llamado "Atención Humanitaria", en el cual se les proporcionaba a los usuarios una ayuda integral en cuanto a las necesidades básicas, ofreciéndoles un piso donde poder quedarse durante un tiempo con más usuarios En ese lugar viví experiencias muy bonitas pero otras muchas muy complicadas y difíciles, y la que os vengo a contar hoy es de las que son difíciles de llevar y que te llenan de rabia y tristeza. Comencemos!!

Me encontraba en mi segunda semana de prácticas, hasta ese momento no había tratado mucho con los usuarios puesto que solo había un chico en los piso, pero de repente llegó un grupo nuevo de usuarios que contaba con unos diez  u once chicos. Todos llegaron de Canarias y llevaban en España varios meses, pero ninguno hablaba español y todos tenían algún problema de salud, ¡Vamos tenían las características perfectas para que los atendiera una chica en prácticas como yo! 😨 Debido a que era un grupo bastante vulnerable por los diferentes problemas de salud, como SIDA, epilepsia, amputación de un pie, problemas en la visión, diabetes, y un largo etc,  estos necesitaban atención médica constante. Por ello decidimos llevarlos al centro de salud que les correspondía pero...¿Cuál fue nuestra sorpresa al llegar allí? ¡Decían que no los podían atender porque no estaban empadronados en los pisos y no tenían papeles! Esto me impactó bastante puesto que no puedo entender como se le puede negar el acceso a la sanidad a personas tan vulnerables como ese grupo de usuarios.

Pero bueno, al día siguiente decidimos acudir al Hospital de Mérida puesto que allí los tendrían que atender sí o sí ya que eso nos dijeron en el centro de salud, así que fui con mi compañera y 7 usuarios para ver si nos atendían, ya que varios de ellos necesitaban medicación urgente. Cuando llegamos allí en un principio no hubo problemas, lo único que sentí y que me provocó mucha pena y rabia, era como la gente de la sala de espera se apartaba de nuestros usuarios como si estos fuesen bichos raros, ¡No lo podía comprender! Tras una larga espera comenzaron a llamar a cada chico y solo éramos 2 trabajadoras y ninguno hablaba español por lo que teníamos que acompañarlos a cada uno, ¡eso fue un auténtico Show! 😅 Pero apartando este pequeño agobio que me entró, lo que más me indignó fue el trato que le dieron a uno de estos chicos, Makkan, a este le habían amputado parte del pie puesto que en su viaje en patera se le gangrenaron los dedos, y también tenía varias heridas en las piernas provocadas por el roce de las cuerdas que usan para atarse a la misma para no caerse al mar. El enfermero me decía que eso no era una urgencia que no los llevásemos allí porque se colapsaban las consultas y no me dejaba explicarle ni siquiera la situación del usuario, ¡si estas heridas se le volvían a infectar le amputaban la pierna! Solo recibía reproches hacía el usuario y hacía mi y malos gestos.

Finalmente atendieron a todos y cada uno de los chicos pero después de recibir actos racistas y de insistir varias veces, pidiendo por favor que los atendieran. Esta situación me hizo pensar en porqué a día de hoy sigue habiendo actitudes tan racistas como el cambiarse de sitio si una persona de color se sienta a tu lado, denigrar a una persona indefensa gritándole sin poder ni siquiera defenderse porque no entiende el idioma en el que le estás hablando... ¿Cómo puede existir tanta violencia hacia las personas migrantes? 

Espero que os haya gustado y entretenido esta entrada, espero vuestros comentarios queridos y queridas lectores/as. Un saludo!!





Comentarios

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  2. ¡Hola Aitana!
    Me gusta leer experiencias y anécdotas, ya sea para aprender de ellos, para hacernos reflexionar o para darnos cuenta de lo ocurrido en la sociedad en la que vivimos(como es este caso que tú has contado y que has vivido)
    Me indigna que ocurran estas cosas, porque todos tenemos el mismo derecho a ser atendidos, seamos de donde seamos. No tienen porqué negar tratarlos y mucho menos despreciarlo o marginarlos. Que pena de sociedad de verdad! 😡
    Gracias por compartir tu experiencia, ha sido una buena publicación, ya que casos así, por desgracia, seguro que nos toca encontrarnos en un futuro como Educadores Sociales.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Buenas María Isabel !! me alegro de que te haya gustado mi entrada. Así es tenemos que ser conscientes de que por desgracia estas situaciones van a seguir pasando y que nos vamos a tener que enfrentar a ellas. Es indignante y penoso pero para eso estaremos los y las educadoras sociales, para intentar pulir este tipo de desigualdades.
      Muchas gracias por tu comentario, un saludo!!

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